Aquella mañana soleada del 15 de Agosto marcó un nuevo comienzo de nuestra historia.
Era el año 1974, en la ciudad de Guayaquil-Ecuador.
Los doctores de la maternidad Enrique Sotomayor corrian desesperadamente por los pasillos del centro, los reporteros hacian una lucha constante por tocar al menos la puerta de la sala de partos, los flashes de las cámaras alumbraban mas que la propia luz solar mientras que el mundo entero estaba al tanto de sus televisores viendo la escena. Era un caos tremendo, y a la vez una alegría inigualable que va más alla de la euforia.
De repente, un médico apareció en medio de la nada, dando alardidos y golpes a quien sea, con un mensaje a toda voz:
De repente, un médico apareció en medio de la nada, dando alardidos y golpes a quien sea, con un mensaje a toda voz:
"¡HA NACIDO EL NIÑO!".
El planeta quedó envuelto en un silencio total. Las lagrimas corrían por las mejillas de las personas: Había nacido la esperanza del mundo. Entonces los médicos se asomaron por el balcón, junto al niño en brazos, y lo alzaron a la vista de todos. El pueblo no pudo contener mas la alegría y todos a gran voz gritaban llenos de júbilo.
Se armó una gran fiesta mundial, todo era lleno de paz. El blanco se abrazaba con el negro, el rico comía junto al pobre y el grande cargaba al pequeño.
Todo era feliz...
Pero ellos NO SABEN. Ellos no saben del futuro que les espera. Cuando todos clamen, el se niega. Cuando pidan respuesta, el les dará mas preguntas. Cuando pidan paz, el les dará armas. Y cuando todos sufran... El se glorificará.
Todo era feliz...
Pero ellos NO SABEN. Ellos no saben del futuro que les espera. Cuando todos clamen, el se niega. Cuando pidan respuesta, el les dará mas preguntas. Cuando pidan paz, el les dará armas. Y cuando todos sufran... El se glorificará.
