Sólo te pido esto:
Que aparezcas.
Y te entregaré todas mis ganas de vivir
Todos los segundos de mi memoria.
Que aparezcas.
Y te entregaré todas mis ganas de vivir
Todos los segundos de mi memoria.
¿A dónde esconderás mi suerte?
¿A quién le profesas el juego?
Aparece…
Te
lo ruego.
Y se acabarán los puntos
suspensivos
La respuesta olvidará a su
pregunta
Pero la pregunta no olvida los
signos
Y los signos… ¿Qué saben?
Ellos solo siguen interrogando
¿A dónde te habrás ido?
¿Qué poema te habrá encontrado?
Aparece…
Te extraño.
Y extrañar se conjugará en pasado.
El amor encontrará su adjetivo
Y la metáfora se habrá
transformado
Poco a poco
En el espacio que tanto ha
esperado
En el viento que nos mece en la
hamaca
A las cosquillas en tu cuello
Y en tu canción favorita.
Pero ahora ya comprendo
Cuando cada poeta lleva su
calvario
Yo con Pablo soy lo contrario:
No me gusta cuando callas
No me gusta que estés ausente
Porque mi voz no te toca
Solo aquí somos congruentes.
Porque mi voz no te toca
Solo aquí somos congruentes.
No me gusta cuando te busco
De izquierda
A derecha
De arriba
Hacia abajo
Y solo me encuentro
Con la espalda de tu recuerdo
Hablando de Febrero
Caminando como lluvia.
Sólo te pido esto y no puedo
pedirte más
Entregarte mis ganas de vivir
Darte los segundos de mi memoria
Porque sé que cuando llegue esa
hora
Los puntos dejarán de ser
suspensivos
Se habrán acabado las preguntas:
¿A dónde?
¿A quién?
Entonces habrás aparecido
Te habré rogado
Te habré extrañado
Y la primavera continuará su
poesía
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