martes, 20 de octubre de 2009

Amor suicida

¡Tenía que hacerlo! Me inspiré totalmente en la canción de dos minutos, esa rola es increible... La letra me dejó con la pica, así que en un momento de locura decidí hacerla en historia, colocando ese toque que dejará en sus caras la expresion de sadismo.









La conocí en la banca de un parque, para mí fue un centro de atención el hecho que se encontraba ella hablando sola. Me agrádó desde el primer instante que la vi. Fue algo curioso... no puedo explicar como exactamente fue nuestro primer cruce de palabras, pero si puedo decir que la confianza creció rápidamente. Había transcurrido solo unos momentos de platica, y ya sentía que la conocía desde hace años...
Las horas pasaron. Cayó la noche, y lo mejor que podía hacer era invitarla a mi casa a tomar un café.

Me di cuenta que ella se sentía un poco deprimida, y aproveche de esa oportunidad para tocar de temas más profundos: gran error. Una vez dentro de la sala de mi casa, comenzó a contar toda la historia de su ex novio. El hecho era algo penoso: él falleció en la guerra de las malvinas, pero no vale la pena relatar el resto ahora.... Se fue toda la noche mientras contaba su aburrida historia.

Miró el reloj y se percató que ya era muy tarde. Le insistí para que se quedara a dormir conmigo y asi poder pasar una romantica velada, pero apenada me dijo que no podía. Entonces ella se despidió de mi de la manera más cariñosa y avanzó unos pasos. Sacó rápidamente una pistola de su cartera.

-"¡¿Pero que mierda vas a hacer?!"

Ni bien terminé de pronunciar esas palabras, y apretó el gatillo... Un solo disparo marcó todo...
¡Ella se voló la cabeza!
No podía creerlo... Me quedé totalmente atónito por todo el hecho. Su cuerpo reposaba tán fragilmente en el suelo, y su rostro mantenía la mirada muy fija en mi. Las paredes estaban teñidas de rojo por toda la sangre salpicada... al menos me ahorró el trabajo de pintar la sala.

No podia continuar parado perdiendo el tiempo viendo todos los detalles del cadáver. Así que no dudé mas e hice lo mas sabio que pude haber hecho: me senté a la mesa a servirme otra taza... ¿Qué mas podía hacer? ... El café estaba delicioso.




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