lunes, 19 de diciembre de 2011

Declaración

Esta vez las letras son de Cuenca. Un poema, que después de leerlo, terminas con la cara del gatito de shrek.






Declaración




Te pareces a lo que está encima de las cosas:



¿aire



luz



perfume



nombre?



Y todo esto unido



-unido a la ternura-



y mucho más . .



Te pareces a las cosas dulces



y tiernas de la tierra:



al momento más cercano del sueño



al sitio donde crece la hierba bajo el árbol



al agua del río que se queda un momento



en el hoyo de una piedra



y también a las hojas de las plantas





y de los libros


y al humo del hogar en las mañanas azules de la sierra.



Si te perdieras en la noche:



sombra



sombra



y sombra



asomaría una luz más.



Me alegra saberte viva



y respirando



y que vivas


y respires en la misma ciudad donde yo habito.



Soy capaz de mascar el aire que te roza:



quisiera ser tu nombre



o tu vestido.

¡Un día de estos



voy a encontrarme convertido en llamarada!



alguien esta quemándose


y ese alguien va a gritar.




Si tuviera que correr mil leguas para alcanzarte



sería como dar un paso.



Podría enloquecer



y no lo quiero:



te quiero a ti



de una manera natural


y rara.




Siempre estuve nombrándote



todas las cosas bellas


que he dicho



o pensado


eran tú.



Soy capaz de gritar;



tu nombre me desborda.



Un día de estos


al verme



van a creer que el mar se ha puesto ropas de varón



tanta es mi cantidad de amor.



Mañana


o pasado




voy a zurcir tu nombre con el mío.




Estoy enamorado de la paz


y de ti:


¡las dos sois una sola cosa!



Si te conocieran los yanquis


dejarían de fabricar armas para matarnos...



Sólo tu nombre es suficiente



para llenar los días



y las noches.



Estoy ahogado en ti



me debato de ti



y la alegría es un país avecindado adentro



—y adentro una batalla crudelísima



el rugido del puma



la vida que me araña



que me crece—
Todo eres tú



y en nada te me acercas.




Atravesado de un grito voy a vivir


—¿y cómo?—



Impaciente de ti soy como un río


y me voy


incontenible


—algo me está empujando—


voy a caer


y me alzas


voy a vencer



y tú me ayudas.



¿Has oido gritar desesperadamente



o la sirena de un barco entre la niebla


o la última palmada de un ahogado?



más angustia hay en mí



que camino



que me nutro



que te quiero


en todo cuanto hago


y cuanto haga.


Soy el que camina en el desvelo


su propietario único


el que bebe tu ausencia



y se nutre de tu nombre clarísimo.



Fidelísimo



estoy en este sitio



No debes buscarme en las esquinas



tú eres el centro



y yo te sigo.



Estás en esa charla de los otros



en los ademanes ajenos



en todo pulso incontenible.



Si encuentras sombras



son las mías:



estoy lleno



me pierdo



tengo miedo;



estoy solo


te quiero



me quebrantas;



me fugo sin poder



voy a gritar



me siento atravesado por un grito



y sólo puedo pronunciar tu nombre



de una manera



suave




gemela del susurro



de las fuentes.



Tú eres esa materia imponderable



con la que haremos la paz.




Tú eres lo que toca



de mañana



en las ventanas



y las abre.




¡Tú eres la mitad



y me anonadas!



Tras los vasos



y ventanas



voy a gritar




y el grito me atraviesa




como un dardo




o como la verdad.




Un hombre atravesado por un grito



va a luchar por los otros.



Amo



y no me anulo para la lucha



soy una afirmación



y estoy sufriendo entre tus llamas



lejos



horriblemente.



Te dedico mi lucha



y me crezco de ti



a cada paso.



Puedo ponerme de codos a la mesa



y pensar



en ti



en mi



en todos.




¡Me desbordo




quiero diez vidas de los guerrilleros



para la lucha



para quererte



para pensar



para pensar en todos a través de ti!



Sufro más allá de mí mismo.



Créeme



has ganado la partida



si voy



será para matar la soledad.



No puedo



y necesito verte



me están doliendo los ojos



y no me viene el llanto




ni lo he descubierto todavía:



mi manera de llorar



es la lucha.



¡Perfecta camarada



más allá de los siglos



y las luchas de clases



te conservo definitiva



y honda



como el anhelo de pan



en la sencilla gente del mundo



que habitamos



y que hacemos posible



con tan sólo nacer



y abrir los ojos



y hacemos imposible



cuando vemos sufrir



y cruzamos los brazos.






Hugo Salazar Tamariz


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